Guatemala, 6 agosto de 2020. Guatemala y Turquía, el país con la población de refugiados más grande del mundo, están trabajando en el intercambio de experiencias y prácticas frente al tema migratorio que les resulta común y con fuertes similitudes, con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Como parte de este esfuerzo, este 6 de agosto se realizó una reunión entre el Vicecanciller guatemalteco, Eduardo Hernández, encargado de los asuntos migratorios y consulares, y los representantes residentes del PNUD en Turquía y Guatemala, Claudio Tomasi, y Ana María Díaz, respectivamente.
En la cita también participaron el Embajador de Guatemala en Turquía, Jairo Estrada, y del Embajador de Turquía en Guatemala, Erkan Aytun, así como de Embajadora de Guatemala en Marruecos, Mónica Bolaños.
Durante el diálogo, el Vicecanciller guatemalteco comunicó todas las acciones que desarrolla el Ministerio de Relaciones Exteriores para atender las necesidades de las personas que deciden emigrar e inmigrar, a través de la red de Consulados Generales y Consulados, principalmente en México y Estados Unidos, país éste último donde residen tres millones de guatemaltecos aproximadamente.
El Viceministro Hernández también compartió que, siendo un país de origen, tránsito y destino, Guatemala realiza un esfuerzo interinstitucional para brindarles la mejor asistencia posible. Citó el caso que, derivado de la pandemia COVID-19, se logró el rescate y el regreso de más de 3,500 guatemaltecos que se habían quedado varados en el exterior.
El representante Tomasi compartió la asistencia que el PNUD brinda junto al Gobierno de Turquía, a los más de 3.6 millones de refugiados sirios y 400,000 no sirios, donde se les brinda asistencia médica, económica, educacional y opciones laborales, lo que ha permito que más de 10,000 empresas hayan sido creadas por los refugiados, convirtiendo a Turquía en el país con la población de refugiados más grande del mundo.
Agregó que el Gobierno ha aportado US$ 40,000 millones para la asistencia, lo que se suma a los US$ 4,000 millones que brinda la Organización de las Naciones Unidas.
Las dos delegaciones resolvieron continuar el diálogo que permita intercambiar más experiencias y aprendizaje sobre las distintas prácticas de atención a la población migrante y refugiada.